martes, 28 de septiembre de 2010

Problemas de Parejas: Una Realidad Actual



La familia es la mayor fuente de felicidad, pero por algunos elementos que no consideramos a tiempo, puede llegar a ser (lamentablemente) fuente de tristeza. Lógicamente, las situaciones familiares en las que la alegría brilla por su ausencia, o incluso aparecen disgustos, la pareja (como elemento inicial de la familia) es una de las partes negativamente afectadas. La buena noticia es que en pocos casos es un proceso irreversible, lo cual nos debería de llenar de esperanzas, y darnos el ánimo para buscar una solución.

Usualmente todo núcleo familiar está compuesto, como todos sabemos, por los padres (la pareja) y uno o más hijos. En este núcleo se dan diversas interacciones propias de la actividad humana (siempre tengamos en cuenta que la familia es un conjunto de personas, con sus puntos de vista y formas de ser diferentes y muy personales)

Para evitar los inconvenientes que pudieran surgir por los diferentes puntos de vista (como ya he mencionado) se suelen establecer normas de comportamiento, implícitas o explicitas, para el normal funcionamiento del núcleo familiar.

En el momento que alguno de los integrantes de este núcleo comienza a apartarse de estas normas surgen los conflictos. La pareja (o uno de sus integrantes) suelen ser los que establecen las normas de conducta para los miembros de la familia, pero esto no exime a la pareja de tener problemas.

Son muy variados los factores que pueden desatar los problemas de parejas, entre ellos mencionaré uno: La Comunicación.

Por definición, los humanos somos seres pensantes que procesamos información. La información que intercambiamos con nuestra pareja está expresada con el lenguaje o el metalenguaje (la comunicación no verbal). Entonces vemos claramente, que al tener un problema con nuestra pareja en principio tenemos ¡Un Problema de Comunicación!

Entonces, lo primero que debemos hacer es acudir a un buen modelo de comunicación si queremos iniciar el camino hacia la eliminación de los problemas de pareja. Alguno de los miembros deberá tomar la iniciativa de allanar el camino hacia la resolución de conflicto, para ello debería seguir los siguientes pasos:

  • Identifica el problema y los sentimientos de las personas implicadas en el conflicto.
  • Determina las posibles soluciones o alternativas al problema.
  • Evalúa todas las posibles opciones para resolver el problema.
  • Actúa optando por la mejor opción.
  • Logra aprender de lo que hiciste para resolver el problema.

Luego necesitaran establecer reglas para poder sostener una discusión (no una pelea) sana que no haga daño a ningún miembro de la pareja. Estas pudieran ser:

  • Escoge el momento y lugar oportuno.
  • No uses palabras hirientes u ofensivas, ni grites.
  • Busca el tema de discusión y no te salgas del tema.
  • No pases a otro tema sin terminar el anterior.
  • No “finalices” la discusión con el llanto o el portazo.
  • No te alteres ni te sientas ofendido por cualquier cosa.
  • No saques los “trapitos” al sol.
  • No vivas mencionando las mismas cosas del pasado.
  • Procura ver lo bueno de tu pareja y lo malo que hay en ti.
  • Usa siempre palabras delicadas para decir la verdad.
  • No exageres ni disminuyas por temor a herir.
  • Acepta la verdad de la otra persona.
  • Discute para unir criterios y personas, no para crear enemistad.
  • No dejes de conversar cosas que son importantes.

Aplica estos consejos con la seguridad que estás encaminado a la solución de los problemas de pareja.

Y recuerda, si estás aquí es porque realmente te importa tu pareja.

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