domingo, 28 de noviembre de 2010

Los Hijos y las Normas de Convivencia

Reza el refrán “Los hijos, son la alegría del hogar”, y como no estar de acuerdo con ello cuando vemos que hasta el más curtido de los hombres se ve afectado por la sonrisa de un niño, e incluso el disgusto más profundo se quiebra ante la carita sonreída de un niño. Vemos, por ejemplo, como salen corriendo todas las mujeres de la casa (o la oficina) en cuanto alguien llega con un pequeño niño y compiten por acunarlo o hacerle gracias.

Entonces ¿Qué sucede con esas cajitas de alegría que nos dan tantos dolores de cabeza? ¿Por qué pareciera que no escuchan o entienden nada? Pareciera que entramos en una guerra armamentística: mientras más fuertes son nuestros regaños y castigos, mayor es la resistencia que desarrollan nuestros vástagos.

¿Qué sucede? ¿Dónde puede estar la el problema? Algo si podemos tener por sentado: un niño “problemático” es un síntoma de un problema familiar, y es responsabilidad de los padres el tomar acciones en pro de solventar la causa del síntoma.

Aunque son varios los factores que pueden incidir sobre la conducta del niño, me centraré en la ausencia de normas familiares claras que puedan seguir los niños, y la capital importancia del amor y la comunicación para con ellos.

Cada sociedad tiene sus normas. En una sociedad sana, las normas han sido puestas para el beneficio de toda la sociedad. Si los individuos siguen las normas, las personas que conforman esa sociedad cosecharán los beneficios. La familia, como constituyente del grupo social, no está exenta de la necesidad y los beneficios de las normas.

Los niños, al tener unas normas claras a las que apegarse, adquieren mayor libertad de acción. Y si los padres las establecen inteligentemente, tendrán un medio para demostrar el amor que tienen por sus hijos.

Una norma es una regla que debe ser respetada y que permite ajustar ciertas conductas o actividades.

En una familia, todos sus miembros deben entender que:

  • Por cada acción, una consecuencia.
  • Los padres son el modelo (en amor y ejemplo) de los hijos.
  • Se penaliza o castiga por la infracción de la norma, no por falta de amor al infractor.
  • Las normas dan libertad de acción.

Para establecer normas debemos considerar lo siguiente:

  • Las normas no deben ser confusas.
  • Deben ser intencionales (Analizadas a conciencia).
  • Deben se mutuas (Padre y madre participan en su concepción).
  • Deben ser justas.
  • Deben ser discutidas con toda la familia (Padres e hijos).

Sometamos estas normas a preguntas como: ¿Por qué es necesaria esta regla? ¿Cuál es su propósito? ¿Realmente es de beneficio para todos? Y a otras preguntas por el estilo, con el fin de poder establecer normas sanas para la familia. Como seguramente ya tendrán algunas normas en su familia (declaradas o no), los invito a someterlas al tamiz de esta evaluación.

Y recuerda que las normas no son inmutables en todos los casos, son dinámicas en su mayoría y debemos someterlas a revisión y ajustes.